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Pintura Taurina

GRACIAS . . .

Siempre aprendí en la vida perdiendo, nunca ganando, por lo que pensé que se podía aprender mucho de todos
aquellos que finalmente no habían ganado.

Jamás me gustó llamarlos perdedores.
Personajes llenos de vida, llenos de experiencia y de multitud de historias que contar o incluso que callar.
Alguno no necesita presentación, otros son anónimos aunque no por ello menos importantes.
De algunos me hablaron, con otros sin embargo tuve la gran fortuna y el enorme privilegio de tratarlos, de empaparme de ellos y de vivir sus historias mientras las escuchaba.


Algunos necesitaban un ambiente íntimo para "Largar", otros se calentaban al calor de una botella de vino y otros tan solo al calor de un poco de cariño o de un receptor a la altura de la importancia de sus historias, pues aquello que salía de sus bocas eran sus recuerdos,retazos de sus vidas,desnudaban su alma.
Si algo tenían en común a parte de su inmenso amor al toro es que en todos ellos podía verse la ilusión, los ojos húmedos y la mirada perdida mientras volvían a sus recuerdos,y a sus días de "gloria", a sus miedos, a una juventud ya algo lejana en el tiempo aunque no en la memoria.
Allí estaba yo, un enano que no levantaba un palmo del suelo escuchando con los ojos como tazas a aquellos hombres que crecían ante mi mirada
pues en mi cabeza eran heroes.
Por la noche,en mi cama, cuando ya nadie me veía, me dormía protagonizando las historias que les había oído.
Gracias a mi imaginación de niño, no veía en lo que les había convertido la vida, yo los reconocía por sus historias.
Muchos eran amigos o conocidos de mi abuelo, otro personaje al que nunca le agradecí lo suficiente el conocimiento que me regalo sobre la vida, y sobre esa filosofía tan especial y tan pura que tenía de ella.


Horas y horas de taberna,y de bares,escuchando sin rechistar, absorto y casi siempre sin abrir la boca, quedandome con miles de preguntas por hacer,
miles de dudas que no resoví por culpa de mi timidez, y por el tremendo respeto que estos personajes me infundían.
Mientras los chavales del barrio jugaban fuera, yo quería estar con mi abuelo y con aquellos hombres, eso me granjeo una "fama" de raro, ya se sabe la guasa de los chavales, pero ¿Que iba a hacer?, yo lo sentía así.
Jugando en la calle me encontraba fuera de sitio, yo quería estar con aquellas personas que relataban aquellos "cuentos" que aunque no eran infantiles, guardaban muchos de ellos crueles moralejas, tan crueles como la vida misma.
Siempre estuve rodeado de gente mayor que yo, ejercicio que imagino conservo de aquellos días, que sigo practicando a día de hoy, y que por cierto recomiendo.


Lo duro de aquellas jornadas eran la vuelta a casa donde nos esperaba la abuela con toda la guasa del mundo.
Allí que aparecíamos, mi abuelo un poco "enchispado" y yo, intentando guardar el tipo.


-Toda la tarde en el bar?? ¡¡¡¡¡¡¡¡

Cuando se apaciguaba el chaparrón, y tras los primeros arreones que eran los mas fuertes, el pillo de mi abuelo me miraba sonreía y decía . . .

-Tu abuela me ha salío puro Santa Coloma, ja,ja,ja,ja.

Y así era, a pesar de su raza, era noble y terminaba entrando al trapo, aunque con mi abuelo era imposible no hacerlo, su muleta era el arte y la simpatía, y a la segunda frase había que terminar entrando por narices haciendo el avión, pues la gracia que imprimía a su palabra , templaba cualquier embestida por muy violenta que esta fuese.

A principio de los ochenta le compro a Palomo Linares por poco dinero un antiguo modelo de Mercedes con el que el maestro había estado viajando.
Recuerdo a la perfección el coche, de color azul metalizado, y aún siento el olor de aquellas tres filas de asientos de piel beige.
Mi abuelo se oriento el año de los mundiales no se de que manera que termino trabajando de chofer del mítico futbolista Pelé en un viaje que este hizo a España.
Como sería la chispa y la gracia de mi abuelo que convenció al monstruo brasileño y se lo llevó al barrio, ja,ja,ja,ja.
La que se montó allí fué chica.
A día de hoy, aún hay vecinos que me recuerdan aquello.

Medio barrio se hizo fotos con el brasileño , también mi hermano y yo nos fotografiamos con ese monstruo, retrato que guardo con todo el cariño del mundo, mas que por el personaje por el recuerdo de aquel día inolvidable,mientras mi abuelo roneaba como si fuese primo hermano suyo.
Cuando salían imagenes en algún documental, miraba y decía. . . Ojú, como le pegaba mi compadre. Ja,ja,ja,ja.

Para mí ese coche tenía magia, era especial porque había pertenecido a un pedazo de torero, solo se pensar que había dormido en el, o que se había subido vestido de torero me emocionaba.
Por eso me molestaba tanto cuando en el colegio contaba lo del coche y los chavales solo les importaba lo de Pelé.

- A mí que me importa que haya montado Pelé, ese es un futbolero al que casi no conozco, pero el coche ha sido de Palomo Linares. . .
Y los chavales respondían .

-¿De Palomo qué? Ese, ¿En que equipo juega ese?


O como yo le preguntaba . . .

- Abuelo, ¿Donde se sentaba Palomo?

Y siempre me decía,

- Detrás, en el asiento de detrás del copiloto, (pues no le gustaba nada que montasemos delante)

Yo replicaba, ¿Pero como va a ir detrás? Iría sentado delante junto al conductor.

Y el toreaba mi inocencia diciendo . . .

¿Ahí?, Ese es el sitio de Zutanito de la Isla, el tercero de la cuadrilla,!!! Ojú¡¡¡, no es malo ese tío ni ná. Es el peor torero que he visto en mi vía, Palomo se sentaba detrás de el pá hincharlo a collejas.

Y de esta forma se aseguraba que ya no le pediría que me dejase ir en el sitio de ese tercero imaginario al que yo imaginaba con el pescuezo colorao por lo toques del maestro.
Aunque cuando montabamos mi hermano y yo, para que no hubiese disputas, el maestro de Linares ocupaba cualquier plaza de los asientos traseros, ja,ja,ja,ja.

Vistio mi infancia de sueños y de realidad. Jamás me hablo de el ni de sus cosas, nunca me quería hablar de esas cicatrices que lucía en verano cuando bajabamos a la playa, tardé unos años en confirmar que eran lo que siempre sospeche, ya que el, solo decía . . . "Esto son, defectos de fábrica",aunque sí me dejaba compartir momentos con los que el llamaba "Los míos".Muchos que como el se habían quedado en el camino, reventas, mozos de espadas o banderilleros que un día soñaron con una muleta con la gloria,
matadores que a penas toreaban y que vivían de algún festejo o de matar toracos en las capeas de los pueblos de Castilla. Aunque el siempre decía . . . "Eso no es pá los toreros"

Siempre tenía palabras de animo y de aliento para los chavales que empezaban, los ayudaba y orientaba todo lo que podía.

Me hice mayor. Muchos de estos personajes ya no están, aunque la vida se encargó de ponerme en el camino a gentes del mismo "encaste", igual de interesantes.
COn otra mentalidad y menos timidez que cuando niño aprobechaba mucho mas estas vivencias y disfrutaba de la compañía impagable de estos hombres.

Siempre los he admirado y respetado profundamante, y me ha cautivado pasar horas al abrigo de sus conversaciones, de sus pensamientos en alto.
Todos con esa tremenda pasión al toreo, con ese respeto tan grande a la liturgia, a las tradiciones, con ese tremendo respeto al respeto de lo que siempre será para ellos su "profesión", pues hasta para largar de algún torero o de alguna corrida, lo hacen desde el mayor de los respetos y sin ningún tipo de veneno enquistado en sus palabras.
Lo blanco, blanco y lo negro, negro, pero sin hacer leña del arbol caído, pues hablan desde el mayor de los conocimientos, y sabeedores de la grandísima dureza y dificultad de esta fiesta.
Estos son los personajes que deberían escribir en los medios, y dar clases a todo aquel que desease saber y entender un poco mejor el toreo.
Son y serán toda su vida toreros, porque así se sienten, porque sus carnes si entienden de dolor, de noches en vela, de angustia, de miedo, incluso de fracaso y sin embargo no tienen en sus adentros ni una sola palabra de rencor hacia el toreo, pues aunque quizá le haya dado el golpe mas duro, también les ha regalado los momentos mas bellos de su existencia.
Lástima, pues con todo lo que tienen que enseñar, suelen ser muy esquivos a la hora de hablar, y como los antiguos cantaores de "Cuarto", tan solo se dan cuando se sienten agusto y en armonía con el ambiente.


Permitidme un consejo.

Son muy fáciles de reconocer, en cuanto veáis uno sabréis perfectamente de lo que os hablo.
Pues, si alguna vez se cruza en vuestro camino uno de ellos, orillar el ajetreo de la vida cotidiana, olvidaros de todo por un rato, poner la mente en blanco y dejaros de llevar por sus palabras.
Veréis como se pasa el tiempo sin daros cuenta, y podréis sentir y participar del sonido que tiene el toreo.

Ellos son el motivo por el que abrí este post.
Un millón de gracias, se encuentren donde se encuentren, a todos los que ayudaron a formar lo que hoy soy.
Y gracias a todos por aguantar este ladrillo, pero es que hoy, me levanté algo nostálgico.

2 comentarios

Torodemelida -

La silueta recortada de un toro sobre una loma es una imagen presente en el imaginario colectivo español. Creación original del pintor Enrique Mélida plasmada en su cuadro "Se aguó la fiesta", esta imagen ha sido ampliamente reproducida en todo tipo de objetos de decoración y publicidad, desde los abanicos pericones de las damas de hace un siglo hasta las camisetas de los actuales hinchas de fútbol. El símbolo del toro ha acompañado a la cultura mediterránea a lo largo de los siglos

Andrés -

Sr. Daniel haga usted el favor de sacar tiempo de donde sea,para actualizar y continuar escribiendo en el blogg.La madre que... , pero como es que nunca antes me has hablado del blogg?? ...Lo he encontrado por casualidad buscando "ratitos de arte" , que no sé ande andará. La gracias a tí, por compartir estas bonitas historias y anecdotas.

Saludos desde Calpe.
Andrés.